℮мρi℮zαи łos ℮xiτos.★* ...αđ℮łαиτ℮.

¡PASE EL EXÁMEN DE TITULACIÓN!

El día de ayer pude conocer mis resultados del EGEL y me llena de emoción decir que ¡LO PASÉ! No solo cubrí el puntaje que tiene como requisito la universidad, sino que obtuve el certificado más alto que es el "TDSS" (Testimonio de Desempeño Sobresaliente) que requiere como mínimo 1150 puntos y yo obtuve 1159 de 1300 puntos que vale el examen.

¡ESTOY FELIZ! realmente ¡FELIZ! y me siento satisfecha por haberlo logrado. Sabía que podía confiar en mí...

Mis estudios no fueron en vano y es mas que obvio decir que se equivocaron aquellos que dijeron que no tenia bases de psicología, que me estaban haciendo un favor al revalidarme porque en realidad necesitaba repetir un año, que creer en mi era mas bien falta de humildad. ¡No era cierto!

Esto se llama amar el estudio, esforzarse, luchar por conseguir lo que uno se propone, no dejarse doblar por lo que crean y opinen los demás, valorarse, confiar en uno mismo, hacer valer lo que me han inculcado... ¡YO puedo! y ¡YO pude!.

Podemos culpar al mundo de ser posible, de nuestros fracasos, pero TODOS tenemos la obligación de cubrir las deficiencias que notemos en nuestra preparación, ya no es excusa decir que el plan educativo es deficiente, que los maestros no nos prepararon... La iniciativa debe ser de nosotros mismos, no atenerse a que los conocimientos nos lleguen. Aquel que se hace responsable de su futuro siempre va en busca de más respuestas y no se detiene a esperar, no recibe la "manzana masticada".

Se que sin lugar a dudas este será el inicio de muchos logros, y lo sé, porque yo me he propuesto conseguir mis metas, simplemente no voy a desistir tan fácil. Si bien, no dejo de ser realista tampoco dejo de ser optimista. El Che Guevara alguna vez dijo: "Seamos realistas, hagamos lo imposible".

Dependerá de nosotros hacer esto una realidad o que quede en un simple sueño, pues lo que es imposible para algunos, es posible para otros... ahí decido estar yo. No temamos a los desafíos.

Es preciso soñar, pero con la condición de creer en nuestros sueños. De examinar con atención la vida real, de confrontar nuestra observación con nuestros sueños, y de realizar escrupulosamente nuestra fantasía. Vladimir Lenin