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Justo en este momento siento que el miedo me ha empezado a comer. La razón es, que he empezado a planear un viaje a Colombia para conocer a mi familia paterna y a pesar de que me muero de ganas por pasarme un buen rato por allá, he caído en cuenta de varias cosas y realmente no se como vaya a reaccionar.

Posiblemente sea inseguridad o incertidumbre, aunque espero que solo sea algo pasajero y no pase de este rato. Debo decir que los planes es irme al menos 2 meses; comparado con las ganas de estar allá me parece poco, pero haciendo conciencia de los meses que he pasado fuera de mi casa por motivos de la escuela, en dos meses prácticamente empiezo a hacer una vida... pero bueno al menos trataré de volver ese tiempo doblemente útil e investigar algunas cosas de la escuela sobre la maestría que planeo hacer allá, esperando tener los medios para conseguir mi propósito. Por lo pronto en estos días me decido a comprar el boleto de avión y no quedara más que decir ¡fuera miedo!, que pase lo que tenga que pasar y a disfrutar la espera del gran día.

Sin duda alguna, la incertidumbre nos abre la posibilidad de aprender del “no poder controlar todo” y que existen situaciones que están fuera de nuestro alcance y no las podemos forzar ni premeditar… solo esperar y vivir cada momento tal como nos llega.